Más de 820 millones de personas pasan hambre en el mundo. Para concienciar a la población sobre este problema, la FAO instauró el Día Mundial de la Alimentación. Desde el año 1979, se celebra el 16 de octubre.
Además de apelar a la solidaridad en la lucha contra el hambre y la desnutrición, se celebran los avances realizados para tratar de lograr el objetivo “Hambre Cero” de cara a 2030.
Granjas verticales para ciudades ecosostenibles
En Red Táctica la economía azul es una de nuestras prioridades. Para ello tenemos un plan I+D 2020-2030 en el que se incluyen proyectos relacionados con la alimentación. Uno de ellos es Gijón Urban Farm, con el que pretendemos dotar a la ciudad de una alternativa para la producción de alimentos mediante las denominadas granjas verticales.
La iniciativa está cofinanciada por IMPULSA. Para llevarla a cabo, es necesario analizar los diferentes tipos de granjas urbanas que se pueden desarrollar tanto para la agricultura como para la ganadería o la acuicultura.
También hay que definir nuevos modelos constructivos, tecnologías y sistemas que ayuden a crear un desarrollo urbano más sostenible.
Este innovador modelo de negocio ayudará a modernizar el tejido empresarial de Gijón y a dinamizar la actividad económica de la ciudad. Al mismo tiempo, estaremos creando un municipio comprometido con la gestión eficiente y sostenible de sus recursos y servicios.
Las acciones para impulsar la agricultura vertical e integrarla con las energías renovables y las nuevas tecnologías se realizarán en tres niveles:
- Residencial (micro farm): para comunidades de vecinos o ciudadanos de forma individual.
- Multi funcional (meso farm): para establecimientos públicos, centros de empresas, supermercados o edificios educativos, entre otros.
- Ciudades ecosostenibles (macro farm): implica el ordenamiento y la planificación urbanística.
El proyecto Gijón Urban Farm está desarrollado por Táctica Industrial y Nistec, en colaboración con la Universidad de Oviedo.
Alimentación más segura: detección de toxinas en el pescado
Otro proyecto a destacar es el Proyecto BioCTX. Se trata de un test que Red Táctica está desarrollando junto con el grupo Lablink de la Universidad de Oviedo y Asincar para detectar la ciguatoxina en el pescado.
Este proyecto está traccionado por Táctica Corporativa y ha sido financiado por Gijón IMPULSA.
De momento se ha conseguido elaborar un test que discrimina entre presencia y ausencia de dicha intoxicación alimentaria en una disolución. Durante la segunda fase (está pendiente de financiación) se podrán tratar también muestras de pescado contaminadas.
Esta toxina ha estado históricamente localizada en el Caribe y en las islas de los océanos Pacífico e Índico. Pero también se han dado casos en Madeira y Canarias. Cuando una persona resulta intoxicada puede sufrir problemas neurológicos y gastrointestinales a largo plazo. Incluso morir.
Uno de los principales problemas de la ciguatoxina es que se encuentra en concentraciones muy bajas. Esto hace más difícil su detección. No obstante, si se añade un reactivo a la disolución en la que se encuentre la toxina, la concentración no es ningún problema.
Actualmente existen muy pocos métodos de análisis que sirvan para tener controlada la ciguaotoxina. Si tenemos en cuenta que no se puede eliminar por medios químicos o térmicos (resisten a la cocción) como ocurre, por ejemplo, con el anisakis, el test desarrollado por Red Táctica cobra especial relevancia.
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